La discoteca Bobby Logan de Málaga treinta años cerrada y con el urbanismo en su contra

Después de treinta años cerrado y sin uso, el edificio que albergó la emblemática discoteca Bobby Logan, en la barriada de Pedregalejo, sigue sin encontrar un destino cierto para su puesta en valor. Hace cuatro años, sus propietarios, los dueños de la empresa Componentes Textiles Industriales, se presentaron a un concurso convocado por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) para encontrar una nueva sede para sus ofi cinas en El Palo. Sin embargo, aquella opción no prosperó porque los usos autorizados por el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) en el inmueble no contemplan las oficinas, y la Junta rechazó que pudieran admitirse de forma provisional.

Así, Bobby Logan permanece aún desocupada, como un histórico fantasma del ocio nocturno de los años ochenta y principios de los noventa en Málaga, a la espera de que algún proyecto la saque del ostracismo. Sin embargo, las actuales condiciones urbanísticas de la parcela no lo ponen nada fácil.
Sus propietarios admiten que, en los últimos años, han sido varios los inversores que se han interesado por desarrollar alguna actuación en esta emblemática construcción de la zona este de la capital, pero todos terminan retirándose cuando comprueban cuáles son los requisitos que establece el PGOU para este enclave. En concreto, actualmente está considerado como un suelo urbano pero no consolidado y su desarrollo está vinculado a unos suelos situados al otro lado del cauce del arroyo Pilones y que están en manos de otros propietarios.

Además, exige la ejecución de aparcamientos, un estudio de tráfico que justifique los accesos a esos estacionamientos, el tratamiento del arroyo Pilones y que se ceda para uso público una sala de usos múltiples con una superficie superior a 400 metros cuadrados en el interior del edificio, con un acceso independiente del resto. En caso de localizarse en la primera planta, esa sala deberá tener una superficie de acceso de 100 metros cuadrados en la planta baja.

Urbanismo rechaza el planteamiento de los privados y advierte que solo cambiará de postura si leobliga una sentencia del Tribunal Supremo

Con esos condicionantes, «no hay forma de que avance» proyecto alguno para este edificio, según explican desde la propiedad de Bobby Logan. Así, con el asesoramiento del despacho Consulting de Derecho Urbanístico, del abogado Juan Ramón Fernández-Canivell (su hijo Pablo es quien ha trabajado especialmente este asunto), han presentado recientemente ante la Gerencia Municipal de Urbanismo una propuesta de modificación del PGOU para que el suelo de Bobby Logan recupere las condiciones que tenía en el anterior Plan General del año 1997 y sea considerado como suelo urbano consolidado, conservando la actual calificación para destino comercial.

Así, piden que el desarrollo de Bobby Logan no tenga que estar vinculado a los suelos situados al otro lado del arroyo Pilones, y que no sea obligatorio el mantenimiento del edificio, que originalmente fue el cine Lope de Vega, desde 1962 a1981, y luego pasó a albergar una pista de patinaje y la añorada discoteca, hasta 1993. «Puede tener cierto simbolismo, pero la construcción no tiene valor como para mantenerla», argumentan desde la propiedad, al tiempo que apuntan que, pese a haberlo solicitado hace tres años, no han obtenido de Urbanismo el permiso para reparar la cubierta, que se encuentra deteriorada.

«Como está contemplado ahora mismo es inviable que pueda prosperar proyecto alguno, porque no resulta para nada rentable a los posibles inversores», reiteran desde la empresa propietaria, que confía en que la propuesta trasladada a Urbanismo pueda prosperar en el marco de la nueva Ley de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía(LISTA).

Sin embargo, no parece que el planteamiento expresado por estos privados al Ayuntamiento recabe una respuesta positiva a sus inquietudes. El concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, admitió que la propuesta de la propiedad de Bobby Logan está sobre la mesa pero admitió que tiene pocos visos de prosperar. «Lo que vamos a mantener es lo que contempla el actual PGOU, porque lo contrario haría un flaco favor a otros suelos», ha afirmado el edil, quien ha apuntado que solo una resolución judicial del Tribunal Supremo les haría cambiar el actual planeamiento urbanístico de este enclave.

Por su parte, el abogado Pablo Fernández-Canivell insistió en que el desarrollo de este espacio es «inviable» en las actuales condiciones. «Nos plantearon desde Urbanismo la posibilidad de tramitar un expediente de estudio de detalle pero las cargas económicas son tan elevadas que hemos vuelto a presentar la opción de una modificación del PGOU», ha explicado. Sin embargo, esta propuesta no convence al Ayuntamiento, lo que mantiene el edificio en un callejón sin salida.

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